Modificación de conductas disruptivas en niños de nivel primaria

Pamela Hazel Garibay Reyes

Grecia JocelynHernández Jaramillo

Joselyn Pérez Ayala

Carmen Sayur Uribe Jiménez

 

A finales del siglo XIX y principio del XX, se reflejó una orientación más amplia sobre lo que colaboradores tan importantes como Pavlov y Thorndike, yosteriormente Skinner, fueron parte. Un interés mayor en el método científico fue evidente en diversas áreas de trabajo y se extendió más allá de una disciplina única como la Psicología. Las ciencias en general estaban surgiendo con un enfoque empírico y experimental. El contexto mas amplio puede notarse observando el trabajo de Charles Darwin (1809-1882), naturalista inglés, cuya contribución al entendimiento de la evolución es muy conocida.

La investigación Psicológica fue influenciada no sólo por las contribuciones de Pavlov  y sus contemporáneos, sino también por un movimiento mayor hacia métodos más objetivos de estudio de la conducta. En Estados Unidos de América, por ejemplo John B. Watson (1878-1958) cristalizó un movimiento en psicología conocido como conductismo.

Existieron varias influencias convergentes que conducían a un estudio más científico de la conducta. A principios de los años 1900, Bechterev  había escrito sobre el estudio científico de la conducta humana, un campo nombrado psicología objetiva y posteriormente reflexología (Kazdin, 1978). Este enfoque influenció grandemente a Watson, quien reunió los conceptos y métodos de la investigación sobre el condicionamiento desarrollada en Rusia y trabajó con un nuevo enfoque “conductista” en psicología. Influenció fuertemente la forma de la psicología y concedió al aprendizaje un papel crítico en muchas áreas, de hecho, sugirió que este podría moldear completamente la conducta humana. Además, empleo el condicionamiento como base para explicar prácticamente toda la conducta adquirida en el desarrollo. Muchos de sus planteamientos específicos sobre la conducta humana y el desarrollo eran extremos e iban mucho más lejos de lo conocido en esa época; la modificación conductual no había surgido aun de manera formal. La contribución más importante de Watson fue el movimiento de la psicología hacia el estudio científico de la conducta.

 

Tiempo después surge la modificación conductual como una aproximación al tratamiento y trabajo clínico que puede considerarse desde por lo menos dos perspectivas  interrelacionadas. Una de ellas se interesaba por la extensión de los conceptos del condicionamiento y métodos científicos al trabajo clínico. La segunda perspectiva se aboca a la orientación teórica prevaleciente hacia la conducta anormal y su tratamiento en el tiempo en que la modificación conductual se desarrollaba. Una considerable insatisfacción con los enfoques prevalecientes sobre los problemas clínicos y con las técnicas de psicoterapia alternativas, ayudó a generar la modificación conductual. En donde los condicionamientos respondiente y operante se emplearon cada vez más como base para conceptuar la personalidad, la psicoterapia y el cambio conductual.

Un ejemplo de lo mencionado anteriormente es un intento históricamente significativo para mostrar la importancia del condicionamiento respondiente que lo proporcionaron Watson y su colaboradora Rosalie Rayner en 1920, alumna de Vassar, quienes condicionaron una reacción de miedo en un niño de 11meses de edad llamado Albert quien fue elegido por su sólido temperamento (Kazdin, 1994).

Como se ha observado la psicología ha tenido diversos cambios y uno de ellos es la modificación de la conducta. En los años 90 la modificación conductual representaba la convergencia de diferentes teorías e influía en un movimiento  heterogéneo. La característica principal que conjuntaba al movimiento correspondía primeramente a una orientación hacia el tratamiento, un punto central en la conducta, énfasis sobre el aprendizaje, evaluación y valoración. La modificación de conducta menciona que el aprendizaje continúa ocupando un papel central en la modificación conductual.

Existen tres tipos  de aprendizaje que  se consideran importantes para el desarrollo o modificación de la conducta, como el condicionamiento clásico, vicario o moldeamiento y el operante.

Clásico: Este se encarga de resolver las preguntas porque y como ciertas señales se relacionan con ciertos eventos ambientales significativos y como aprendimos a comportarnos diferencialmente en presencia de un estimulo después de que se de una señal. 

Operante: Con este condicionamiento la conducta puede ser modificada por sus consecuencias; su análisis pone de relieve lo que sigue a las respuestas y, por tanto, se define una clase operante en función de los acontecimientos ambientales producidos por las respuestas de la clase.

Vicario: Este sucede cuando un individuo observa a otra persona (modelo), involucrada en una conducta particular. El observador ve al modelo ejecutar la conducta pero no realiza respuestas abiertas ni recibe ningún tipo de consecuencia. El observador aprende la conducta simplemente observando al modelo.

 Como se mencionó anteriormente los principios del condicionamiento operante describen la relación entre la conducta y los eventos ambientales (antecedentes y consecuentes) que influyen en la conducta. A esta relación, se le conoce como manejo de contingencias, comprende tres componentes: eventos antecedentes (A), conductas (B),  y eventos consecuentes (C). La noción de contingencia es importante no sólo para comprender la conducta si no también para desarrollar programas de cambio de la conducta. Las conductas se refieren a los actos en sí mismos (alguna respuesta que realiza el individuo). Las consecuencias se refieren a los eventos que preceden a la conducta.

El desarrollo de programas efectivos dependen de la comprensión de los tipos de eventos antecedentes y  consecuencias que influyen la conducta y como  operan. Considerando los ABC o contingencias, parece que los eventos antecedentes deberían estudiarse primero, independientemente del  hecho de que aparezcan antes de la conducta,  sobre una base a priori, la primera línea de ataque en el cambio conductual podría ser modificar los eventos antecedentes. Por ejemplo, si el regaño, de un padre (evento antecedente) de un niño que esta creando problema, la eliminación del regaño podría modificar la conducta problema.

Para que una consecuencia altere una conducta particular, debe  ser dependiente  o contingente a la ocurrencia de la conducta. Es decir, los cambios conductuales suceden cuando ciertas consecuencias son contingentes a la ejecución.

La noción de contingencias es importante porque las técnicas conductuales alteran la conducta modificando las contingencias que influyen sobre ella. Los principios del condicionamiento operante se refieren a distintos tipos de relaciones contingentes entre la conducta y los eventos que la siguen. Los principios más importantes son el reforzamiento, castigo y extinción (Kazdin, 1994). 

El principio del reforzamiento se refiere a un incremento en la frecuencia de una respuesta cuando esa respuesta la siguen ciertas consecuencias. Un evento contingente que incrementa la frecuencia de una conducta se conoce como reforzador. Los reforzadores positivos y negativos contribuyen los dos tipos de eventos que pueden utilizarse para incrementar la frecuencia de una respuesta (Skinner, 1953). Los reforzadores positivos son eventos que se presentan después de una respuesta desempeñada y que incrementa la frecuencia de la conducta a la que siguen. Los reforzadores negativos (también conocidos como eventos aversivos o estímulos aversivos) son eventos que se retiran después de realizada una conducta y que incrementan la conducta que precede a su retiro.  

Castigo: Es la entrega de una consecuencia que decrementa las oportunidades de que la conducta vuelva a presentarse (estas consecuencias suelen denominarse aversivas). Esta definición es algo distinta del empleo cotidiano del término, que concibe el castigo como una penalización impuesta por ejecutar un acto particular. 

Extinción: Es un procedimiento consiste en suspender la entrega de reforzamiento  o  suprimir  las consecuencias  que siguen a determinada conducta, cabe destacar que la suspensión del reforzamiento debe ser completa, la extinción es la disminución  gradual de frecuencia de respuestas hasta que desaparece completamente, se produce un aumento transitorio en la conducta que disminuye luego rápidamente.

Para poder aplicar este método es necesario identificar el reforzador que mantiene la conducta, ya que de otra manera  será imposible utilizar el procedimiento. Sin embargo cuando nosotros mismos hemos establecido  la conducta y por consiguiente conocemos el reforzador que la mantiene  no existe problema alguno para retirarlo, las dificultades se presentan cuando desconocemos cual es el reforzador, para identificarlos debemos observar muy cuidadosamente lo que sucede inmediatamente después de emitida la respuesta.

La extrapolación de los métodos experimentales a los escenarios aplicados genero una nueva área de investigación conocida como Análisis Conductual Aplicado (Baer, Wolf y Risley, 1968 en: Kazdin, 1994). En este la mayoría de las conductas de importancia en escenarios aplicados y en la vida diaria  pueden conceptuarse como operantes. Es decir, las conductas operan sobre el ambiente y tienen consecuencias que afectan la probabilidad de que se desempeñen en el futuro. El rango de conductas que operan sobre el ambiente es virtualmente ilimitado. Ejemplos que a menudo se enfocan en la investigación conductual incluyen conductas problemáticas entre personas que buscan tratamiento psicológico, el desempeño académico de los niños, el ejercicio y hábitos dietéticos entre niños y adultos, y otros mas. Tales conductas pueden modificarse aplicando técnicas derivadas del condicionamiento operante.

La extrapolación de los principios del condicionamiento operante y métodos de estudios de la conducta humana a conductas humanas clínica y socialmente importantes se ha convertido en un área de investigación dentro de la modificación conductual. Los principios, como el reforzamiento positivo y la extinción, son simples, y sin duda, muchos los consideran simplistas para aplicarlos a la complejidad de la conducta humana.

Por otra parte, el enfoque hacia el cambio conductual en escenarios aplicados es más que una extensión de principios específicos. El Análisis Conductual es un enfoque experimental que estudia la conducta en el laboratorio y evalúa la conducta de uno o pocos individuos en el tiempo para registrar los cambios después de varias intervenciones. El punto focal del análisis conductual aplicado está en las conductas clínica o socialmente relevantes en áreas como los trastornos psicológicos y psiquiátricos, educación, rehabilitación, medicina, negocios e industria.

Ejemplos de esto son los que se enfocan en la investigación conductual que incluyen conductas problemáticas entre personas que buscan tratamiento psicológico, como el desempeño académico de los niños, el ejercicio y hábitos dietéticos entre niños y adultos.

El Análisis Conductual Aplicado, a diferencia de otras áreas de la modificación de la conducta, a menudo se denomina como conductismo radical. Se le considera radical por que su punto focal esta exclusivamente en la conducta abierta en lugar de en estados subjetivos (afecto) y pensamientos (cognición).

Las opiniones conceptuales actuales dentro de la modificación conductual generalmente pueden tipificarse como mediacionales o no mediacionales. 

Bijou (1970), mencionó que la psicología y en particular el ACA tiene para ofrecer a la educación un grupo de técnicas para cambiar la conducta en el salón de clases. Por otro lado, diversos autores han presentado recopilaciones de diferentes procedimientos, estas son, técnicas que han resultado útiles para  modificar las conductas disruptivas en el salón de clases y para mejorar conductas preponderantemente académicas, dentro de ambientes educativos. Recientemente, se han diseñado técnicas para analizar las conductas en el salón de clases y a través de estos análisis se han elaborado estrategias para “mejorar” las conductas dentro del aula. Una técnica es el análisis funcional, la otra es el auto-monitoreo y finalmente el manejo de eventos disposicionales.

Al abordar el estudio de la conducta en el salón de clases, se han analizado diferentes clases de respuestas que están involucradas de alguna manera en el proceso de enseñanza. Sin embargo, en algunos estudios realizados en con este tema, no se analiza directamente el proceso de adquirir repertorios académicos como la lectura, escritura, aritmética, diferentes conceptos, discriminaciones complejas, generalizaciones, etc., por mencionar solo algunos de ellos.

El tipo de estudios que ha predominado en el ACA, es aquel en el que se modifican las conductas que interfieren con las que forman parte del proceso de enseñanza, sin intervenir directamente en el proceso mismo. Debido a esto, es necesario analizar las conductas que intervienen directamente en el proceso de enseñanza y determinar la relación que tienen estas conductas con otras respuestas, por ejemplo, con las que interfieren o con las que facilitan el proceso de enseñanza. Otro aspecto importante en este análisis es el estudiar si algunas conductas “disruptivas” intervienen o dificultan el proceso mencionado y es necesario eliminarlas.

 

 

Las características principales del Análisis Conductual Aplicado son:

·         Enfocarse en conductas abiertas.

·         Se centra en conductas de significación aplicada (social o clínica).

·         Busca la marcada intervención de efectos que haga una clara diferencia para el funcionamiento cotidiano del individuo.

·         Se enfoca en las conductas de uno o pocos individuos en el tiempo.

·         Evalúa la conducta a través de la observación directa, así como en el conteo de frecuencia de respuesta.

·         Evaluación continúa en el tiempo durante periodos prolongados (horas, días,  semanas).

·         Utilización de eventos ambientales (observables) para influenciar la frecuencia de la conducta.

·         Evaluación y demostración de los factores (eventos) que son responsables del cambio conductual (Kazdin, 1994).

Se dice  que existe una contingencia entre eventos cuando uno depende del otro. Una contingencia es un tipo de relación, si ocurre X entonces ocurrirá Y. Un evento que es contingente al estimulo es aquel que ocurre entre si, y solo si ocurre un estimulo particular, el evento depende del estimulo. En el laboratorio, podemos disponer el ambiente de una rata de  modo que aparezca la comida en la charola y solo si ha sonado un zumbido. Fuera de laboratorio, los semáforos están diseñados de tal manera que la luz roja aparezca, solo si a desaparecido la luz amarilla (Chance, 1995).

Un evento que es contingente a la respuesta es aquel que sucede si ocurre una respuesta  particular; en este caso, el evento depende de la respuesta. En el laboratorio podemos acomodar el ambiente de una rata de modo que la comida aparezca en la charola solo si la rata ha presionado una palanca. Fuera del laboratorio, un conductor recibe una infracción de velocidad solo si excede el límite determinado.

Muchas de las conductas que hacen o dejan de hacer los niños se dan por el hecho de que existe un manejo inadecuado de ellas, es decir, lo que se conoce como manejo conductual o manejo de contingencias. Según esto, cuanto ocurre a deja de ocurrir inmediatamente después de una conducta, determina si tal conducta se repetirá o no. Esto es que aun cuando las causas (es decir, cuanto ocurre inmediatamente antes de la conducta) son importantes, los efectos (o sea, lo que sucede inmediatamente después de la conducta) son todavía más importantes.

Concretamente, el manejo de contingencias es un término que describe cualquier técnica operante que intenta modificar una conducta por medio del control de sus consecuencias (Caballo, 1991). El modelamiento, tiempo fuera, realización de contratos de contingencias y economía de fichas son algunos tipos específicos de formas para el manejo de contingencias.

En la práctica, el manejo de contingencias como lo refiere Berstein (1982), consiste en la presentación contingente o retiro de los reforzadores y estímulos aversivos que suceden a determinadas conductas. El término “contingente” simplemente significa que la manipulación de las consecuencias ocurre si y sólo si ha ocurrido la conducta que se planea fortalecer o debilitar.

El manejo de contingencias va a consistir de acuerdo con Rimm y Masters (1984), en la presentación y retiro contingentes de recompensas y castigos. Aunque el terapeuta puede utilizar estos procedimientos, es más factible y efectivo que capacite a otros para que operen como administradores de contingencias, por ejemplo, a los a padres, que de manera más directa están envueltos en la vida del individuo bajo tratamiento.

Al respecto, Wielkiewicz (1992), y Meyer (1993), señalan que el manejo de contingencias se basa en la modificación de conducta y el aprendizaje, donde se supone que la conducta tanto adaptativa como desadaptativa se aprenden, y que la estrategia más aconsejable para remediar la conducta problema consiste en estructurar el ambiente del niño para que reciba retroalimentación y apoyo por su conducta deseable. Por lo tanto, el término de manejo conductual se refiere al proceso de aplicación de los principios de aprendizaje para remediar los problemas conductuales de los niños. A pesar en que el método se centra en el comportamiento abierto más que en los “estados mentales”, se considera que el comportamiento verbal y las respuestas encubiertas están controladas de la misma manera.

Por otra parte, Walker y Shea (1987), definen al manejo conductual, como todas aquellas acciones e incluso inacciones conscientes, en las que los profesores se involucran para aumentar la probabilidad de que los niños desarrollen conductas efectivas que sean en lo personal autosatisfactorias, productivas y socialmente aceptables. El proceso de manejo conductual debe considerar todas las variables relevantes, esto es: el individuo o grupo cuya conducta esta siendo estudiada; la conducta bajo consideración; el ambiente en el cual ocurre ésta; la aplicación individual de la intervención y el propósito de esta última.

Las técnicas de tratamiento a través del modelo de condicionamiento operante dan la impresión de ser demasiado sencillas e ingenuas. Sin embargo, el diseño y ejecución del programa terapéutico puede involucrar una gran cantidad de procedimientos y operaciones.

En una serie de estudios, Ayllon (1987) demostró que las técnicas operantes pueden ser usadas para modificar el comportamiento inadecuado. Notó que el comportamiento inadecuado, por ejemplo, alteraciones en el comer, o alteraciones en conductas sociales estaban siendo socialmente reforzadas al dar mayor atención a personas que presentaban este problema. Se instruyo a las personas que se encontraban a su alrededor, o con las que tenían mayor relación para dar o retener el reforzamiento de acuerdo al comportamiento del sujeto. El comportamiento deseado era recompensado con muestras de atención, conversación, comida o cigarrillos; en otras palabras, el comportamiento indeseado no era aprobado, mientras que el saludable era elogiado. En estos procedimientos, no se informo antes a los pacientes el cambio de comportamiento que se requería (Valadez, 1998).

Como hemos visto la psicología ha ido evolucionando y todos los temas antes mencionados (modificación de conducta, condicionamiento operante, vicario y clásico, análisis conductual aplicado y manejo de contingencias) han ayudado para crear técnicas.

Costo de respuesta: es el retiro de un reforzador positivo contingente a la presencia de la conducta. Esto disminuye las oportunidades de recurrencia de la conducta. Requiere una penalización de alguna clase, por lo general en forma de multa. Los ejemplos del costo de respuesta en la vida diaria adulta comprenden multas por violaciones de tránsito, cargo por “mora”, cargo por cheques que “rebotan” etc.; en la vida diaria infantil comprenden quedarse sin ver la televisión, sin jugar, sin usar el ordenador debido al no cumplimiento de normas establecidas. Así mismo en el ámbito escolar incluye la pérdida del receso, paseos y otras actividades extracurriculares.

Tiempo Fuera: es un reforzamiento de gran utilidad aun  conociendo el reforzador que mantiene la conducta, no podemos suspender su administración, entonces lo que se hace es sacar al sujeto de la situación cuando emite la conducta  que deseamos suprimir, como consecuencia el sujeto pierde contacto con los estímulos discriminativos, reforzadores condicionados, reforzadores incondicionados. Lo mas recomendable  es asociar el tiempo fuera del reforzamiento con estímulos discriminativos que constituyen una forma de control dentro del medio en el que el sujeto de la respuesta indeseable, igualmente puede aplicarse en forma  intermitente con el fin de mantener la supresión  por largo tiempo, además puede asumir  multitud de formas en donde hay variantes en las que simplemente se retiran  de la situación de los estímulos discriminativos, reforzadores condicionados e incondicionados, sin desplazar de la misma al sujeto.

Moldeamiento: se alteran una variedad de conductas. En muchas aplicaciones terapéuticas se han tratado de manera efectiva problemas como el miedo o la falta de habilidades sociales tanto en niños como en adultos. En la mayoría se emplea el moldeamiento junto con otros procedimientos conductuales.

Economía de Fichas: son reforzadores condicionados como las monedas, fichas de póquer, boletos, estrellas, puntos o marcas de revisión (√); son reforzadores generalizados ya que pueden intercambiarse por diversos eventos reforzantes conocidos como reforzadores sustitutos que incluyen varios bienes y servicios, por lo general estos incluyen comida y otros consumibles, actividades y privilegios. La tasa en la que las fichas pueden cambiarse por reforzadores sustitutos debe especificarse de manera que resulte claro cuantas fichas se necesitan para comprar los diversos reforzadores.

Auto-monitoreo: en éste, se entrena a los estudiantes a auto registrar su conducta, ya sea de atención; ejecución de la tarea; productividad, específicamente, número de respuestas terminadas; y precisión académica, esta es registrar claramente, el número de respuestas correctas dentro de un periodo de tiempo. Como puede observarse, no se trabaja directamente con las secuencias instruccionales, sino que se trata de manejar las conductas que pueden facilitar la instrucción para promoverlas; o dificultarla, para eliminarlas.

 

 

Bibliografías:

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